Ha sido un final de curso lleno de emociones. La sala de profesores se ha convertido en un salón de celebraciones con olor a migas extremeñas, a café humeante y a pasteles de crema.
Todos con nuestros sueños y emociones hemos dado vida al colegio Manuel Marín.
Las maestras de Educación Infantil sueñan con niños de cuentos felices sembrando la escuela de semillas de caramelos.
Las maestras de Educación Primaria enseñan emociones de nobles robles y encinas milenarias, sirviendo de modelos con sus clases diarias.
El maestro de religión enseña que la cruz es sonrisa, aliento y sentimiento en la boca de un niño.
Las maestras de inglés, traducen las palabras de los niños y las convierten en sentimientos ( lanzados al viento).
Un secretario, deportista , buen padre e informático arregla los ordenadores siempre con una sonrisa.
Una jefa de estudio simpática y acogedora, ausente su cuerpo y presente con su espiritu, disfruta alegremente con su reciente maternidad soñando en volver pronto a la escuela.
Un maestro de E.F. ciclista, con un corazón tan grande como la vuelta a Extremadura, viene de Norte a Sur, llegando a la escuela con el dorsal de la generosidad, otra compañera dulce y jovial también disfruta de su maternidad y sueña con volver pronto al cole, con su retoño ya balbuceando.
Una maestra de música sencilla, alegre y atenta llena de notas de alegría nuestro cole.
Llega el mediodía y el gran capitán, con corazón extremeño y alma leonesa, quien tiene por bandera la lucha y el esfuerzo diario por su tripulación, hiza la vela del trabajo y la coordialidad. Pide silencio y lee unas palabras de despedida, mientras se enfría el café humeante y se calientan los corazones.
Unas maestras que sueñan con volver piensa que el destino más bondadoso, con quien han trabajado tanto por el centro. Se emocionan con lágrimas, con recuerdos y un colgante en sus cuellos son la medalla al premio por su trabajo y comportamiento en el colegio.
Otra maestra que se ha jubilado descansa después de muchos años enseñando con respeto, educación y cariños en este centro.
Es un final de curso teñido con sonrisa, lágrimas y sentimientos guardados en el fondo de cada ser , y el colegio ha sido un latir de emociones, de maestros y maestras que no sólo enseñan contenidos, conocimientos y palabras , sino valores porque somos maestros con corazón.
Luis Jesús Román Cuenda.
