Difícil es resumir un trabajo y la mitad de la vida,
pero no nos pongamos tristes, que sean letras divertidas.
Recordaremos a Félix montando los escenarios,
de veladas y de fiestas y en su trabajo diario,
arreglando los azulejos, los baños y las persianas,
cerrando puertas de tarde y abriendo por las mañanas.
Y Manoli con sus trastos fregando pasillos y mesas
que las primeras van solas pero las últimas pesan.
Descansa ya del barrido, del fregado y la limpieza
que son veinticinco años en los brazos y las piernas.
Conocéis generaciones de maestros, padres y niños,
y aunque sean unos trastes les coges mucho cariño.
Que me olvido la chaqueta, que no llego a recoger al crío,
cuidádmelo sólo un minuto que ahora tengo mucho lío.
Disfrutad de este retiro y que tengáis larga vida
como dicen los zagales, ahora empieza otra “movida”.
¡¡Un brindis por Félix y por Manoli!!